La asistencia social se enfrenta a muchos retos. Hemos elaborado una lista de los obstáculos que presentan los datos y que el Big Data puede salvar.
Las nuevas tecnologías son muy poderosas y muchas empresas tienen acceso a una gran cantidad de datos. Sin embargo, disponer de los datos no es suficiente. Si sabemos cómo extraer conocimiento de ellos podemos encontrar soluciones a una gran variedad de problemas que hasta ahora eran imposibles de resolver. Un ámbito en concreto que puede ganar mucho potencial gracias al Big Data son los servicios sociales.
Esos datos y conocimiento pueden ayudarnos a mejorar la vida de personas en riesgo de pobreza y exclusión social. En este ámbito, los datos acostumbran a ser información personal de los individuos que permite a las entidades y servicios sociales detectar su situación económica y evaluar qué tipo de ayuda necesitan.
Sin embargo, los servicios sociales están colapsados y solo pueden atender a las urgencias. Así empezó su discurso Meritxell Benedí, Responsable de Proyectos Estratégicos del Departamento de Asuntos Sociales y Familias de la Generalitat de Catalunya, en el evento “Big Data Saves Lives” que organizamos con Microsoft el pasado junio.
Este es uno de los problemas con que se encuentran los servicios sociales en el momento actual, pero hay muchos más.
En el evento, representantes de entidades sociales, suministradoras y ayuntamientos de la provincia de Barcelona se reunieron para debatir en cuatro mesas redondas sobre la situación de los servicios sociales en Barcelona y Cataluña y de cómo pueden los datos cambiarla y mejorarla.
Según lo que se extrajo del evento, está claro que todos los actores del sector se enfrentan a retos similares.
A continuación, hemos preparado una lista con los 5 retos principales a los que se enfrentan los servicios sociales actualmente y cómo puede la tecnología ayudar a resolverlos.
1. Datos no estandardizados
Muchas empresas utilizan datos, pero cada organización y entidad utiliza bases de datos diferentes y los datos no coinciden.
Por ejemplo, los datos georeferenciados, es decir, los nombres de calles y números de puerta, no están estandardizados. Eso significa que las empresas pueden encontrarse que tienen direcciones diferentes para el mismo domicilio y es imposible contactar con los afectados.
Lluís Torrens, Director de Planificación e Innovación del Área de Derechos Sociales del Ayuntamiento de Barcelona, dejó clara en el evento la importancia de un estándar de recopilación de datos para poder identificar correctamente las personas en riesgo. Pilar Rodríguez, Adjunta a la Gerencia de la Asociación Bienestar y Desarrollo, corroboró sus palabras y dijo que "los datos solo aportan valor si sabemos qué quieren decir, quién se encuentra detrás de ellos".
Por eso es necesario crear un método estándar de recopilación de datos que puedan usar todas las organizaciones, de manera que todas dispongan de la misma información.
2. No siempre se dispone de todos los datos
Además de no usar las mismas bases de datos, las organizaciones se encuentran con que sus bases están incompletas. Para que los servicios sociales puedan actuar eficazmente necesitan unos datos concretos que pueden proporcionar tanto los mismos afectados como las administraciones. Si no disponen de esos datos es imposible detectar o avanzarse a casos de pobreza.
Si las personas implicadas pudieran proporcionar sus propios datos el trabajo de estas entidades sería más sencillo. Por eso es importante que los individuos sepan qué datos deben facilitar y qué uso se les va a dar. Es decir, las empresas deben garantizar la transparencia en el uso y la protección de datos.
3. Los datos no se comparten
Además de no disponer de un método estándar para la recopilación de datos y de no contar siempre con los datos que necesitan, las organizaciones no comparten los datos cuando deberían.
Las empresas y organizaciones tratan con los datos de manera diferente. A veces, no queda claro qué datos deben compartirse y con quién. Otras, las empresas no siguen una guía para hacer disponibles los datos.
En España, las compañías de suministros deben notificar los servicios sociales antes de cortar el servicio por impago. Sin embargo, en 2016, una anciana de Reus perdió la vida en el incendio que provocó una de las velas con las que se iluminaba después de que le cortaran la luz. En este caso los servicios sociales no habían sido notificados.
4. Incluso cuando se dispone de los datos no siempre se pueden utilizar
A veces, aunque los servicios sociales dispongan de todos los datos, sus bases de datos están desorganizadas o son incomprensibles.
Por eso precisan herramientas que les permitan entender sus datos. Además, estas herramientas deberían ser fáciles de usar para todos, no solo para los expertos.
Una de estas herramientas son los cuadros de mando que muestran información clave y datos importantes de forma visual y se entienden instantáneamente. También pueden usar sistemas de etiquetado inteligente que les pueden ayudar a identificar información en sus bases de datos.
Existen diversos sistemas que pueden solucionar este problema, como la taxonomía o la folksonomía, que permiten etiquetar el contenido de páginas web o bases de datos.
Nuestra solución biGov y el software inteligente Folksonomy de Bismart se encargan, respectivamente, de ayudar a los gobiernos locales y a los servicios sociales a gestionar esas dificultades.
5. A veces las personas no están dispuestas a ceder sus datos
Para poder ofrecer ayudas de forma eficiente, los servicios sociales necesitan información actualizada sobre las personas afectadas. Sin embargo, puede ser que los afectados no quieran proporcionar los datos.
Una de las razones por las que sucede eso es porque los procesos de recopilación de datos no son transparentes. Las personas afectadas se encuentran con largos términos y condiciones repletos de argot jurídico que no entienden.
En este aspecto, los servicios sociales y empresas están bajo presión, pues en pocos meses entrará en vigor un nuevo reglamento de la Unión Europea sobre protección de datos con el que hay que ir con cuidado. Si no se cumple con esta normativa las empresas se enfrentan a consecuencias graves.
Así pues, todavía hay mucho trabajo por hacer en el ámbito de los datos aplicados a los servicios y asistencia sociales. De todas formas, durante el evento se transmitió una visión optimista de cara al futuro.
Como dijo Pilar Rodríguez, el Big Data y la tecnología son el puente que nos ayudará a ser más eficientes, a ser sostenibles y a garantizar derechos.
El equipo de Bismart ya está manos a la obra para encontrar soluciones a estos retos para poder proporcionar una asistencia social de calidad para todos los ciudadanos.
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